viernes, 30 de abril de 2010

El deplorable estado de la niñez en México: algunas consideraciones


Escrito por Héctor Javier Sánchez Pérez*
Viernes, 30 de Abril de 2010 11:12

Foto: Marco Girón


¿Qué pudiéramos decirles con orgullo a las y los niños acerca de su situación en el país? Poca cosa, por no decir, prácticamente nada. Por un lado, sólo discursos y mentiras de que si el Estado vela por su bienestar, que si ellos/as son el futuro de la nación, que si son la esperanza del país y muchas más declaraciones demagógicas de las que ya nos han saturado por mucho, durante décadas.

Por otro lado, está la desafortunada situación que actualmente vivimos en el país, en el que no sólo no se hace algo por las y los niños, sino que a veces parecería que se hacen cosas en contra de ellas y ellos, ya sea por acción o por omisión. Ahí van algunos ejemplos:

De guarderías y estancias infantiles. Dos indignantes ejemplos de negligencia y perversidad. En el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), con tal de ahorrarle pesos a la institución, sus autoridades, aumentaron el número de guarderías subrogadas a particulares de 757 a 1374 (es decir, 68%), en tanto que las que funcionaban bajo operación del IMSS siguieron siendo, en el año 2006, las mismas 142 que había en el año 2000. Ello a pesar de que en las guarderías subrogadas hay quejas por la calidad de la atención que en ellas se brinda, tales como maltrato infantil, desigual calificación y frecuente rotación del personal, ausencia de médicos, mala alimentación e irregularidades administrativas. Por ejemplo, un reciente informe elaborado por ministros de la Suprema Corte, señalan que sólo el 0.3% de más de un mil guarderías subrogadas operaba de manera regular.

En 2003 el IMSS disminuyó la cuota que se pagaba a las guarderías por niño/a, lo que se tradujo en una tendencia en éstas a tener menos trabajadores, a abaratar el tipo —y la calidad— de los alimentos que proporciona a las y los niños, y a reducir el horario de servicio. Esta disminución de cuotas se refleja en que, mientras el costo por niño en una guardería operada por el IMSS es en promedio de 4 000 pesos, en las guarderías subrogadas es de 2 548, lo que perfectamente puede traducirse en inequidades en la atención en las y los niños, según el tipo de guardería en que se encuentren. Además, el IMSS paga por anticipado el 65% de la cuota establecida y el restante 35% lo da en función de si el/la niño/a asiste todos los días hábiles del mes a la guardería, y en caso de no ser así le es descontado de manera proporcional a la guardería.

En 2005, además de la reducción de las cuotas impuestas en 2003, a las guarderías se les asignaron más cargas administrativas, que van desde la elaboración de historias clínicas —incluyendo exámenes médicos a las y los niños—, hasta el control escolar computarizado —con su respectiva compra de equipo—, el cual debe de ser llevado de acuerdo a lo establecido tanto por el IMSS como por la Secretaría de Educación Pública (SEP).

El actual modelo del IMSS de contratar guarderías mediante licitaciones pone en riesgo a los niños debido a que, en aras de bajar costos y ganar un contrato, los dueños o representantes de guarderías disminuyen la calidad de sus servicios en este tipo de establecimientos. Las guarderías “bien administradas” pueden tener utilidades hasta de 36% anual.

El 5 de junio de 2009 ocurrió el incendio en la guardería subrogada ABC, en Hermosillo, Sonora, que costó la vida a 49 niños/as, dejó varios niñas y niños quemados —algunos de ellos/as con marcas corporales de suma gravedad para toda su vida—, padres y madres desesperanzados, deprimidos y con alteraciones psicoemocionales —algunos llegaron al suicidio—, hermanos y hermanas afectadas, así como menores de edad que eran vecinos a la guardería, afectados psicológicamente por la situación vivida, entre otras consecuencias.

Hasta el día de hoy, los responsables del IMSS siguen sin proceso alguno —Molinar Horcasitas sigue como secretario de Comunicaciones y Transportes—, el “presidente” Calderón no ha recibido a los padres de los niños muertos, y las y los dueños de la guardería han obtenido amparos para no enfrentar la justicia, tal como se debiera. No está por demás recordar que esta guardería operaba en lo que era una nave industrial que tres años antes había sido una maquiladora de ropa; no tenía salidas de emergencia ni contaba con extinguidores y, el día de la tragedia no tenía el personal suficiente en términos de cantidad y capacitación. El día del siniestro apenas había 14 de los 40 trabajadores/as en la guardería.

En el caso del ISSSTE, también valdría la pena hacer una evaluación acerca de las condiciones en que funciona su esquema de subrogación de guarderías antes de que suceda otra tragedia. Baste señalar, a manera de ejemplo, que el anterior director general, Miguel Angel Yunes, dio por adjudicación directa en 2007 a Olga Irene Reynoso —hermana del gobernador panista de Aguascalientes, Armando Reynoso Femat—, la concesión de una estancia para el Bienestar y Desarrollo Infantil que el ISSSTE subroga en dicho estado.

Por otra parte, el 11 de enero de 2007, Calderón anunció el arranque del “Programa de Guarderías y Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras”. Son muchos más los peligros que los beneficios que ofrece este programa. Entre los aspectos positivos, se puede citar que las mujeres con bajos ingresos económicos ya tienen donde dejar a sus hijos/as mientras trabajan, y que otras mujeres —y familias—, al ser cuidadores de niños/as tienen la posibilidad de obtener ingresos —según el número de menores que cuiden— y de mejorar el espacio físico donde viven —eso sí, con “mejoras” encaminadas a las necesidades del cuidado de las y los niños que atienden y no necesariamente a sus propias necesidades—.

Entre los aspectos negativos, destaca que: son espacios improvisados en casas de mujeres desempleadas; no hay garantía de que si en un hogar determinado hay violencia familiar, el/la niño/a no la sufra, e inclusive, tampoco hay mecanismos para evitar con certeza abusos sexuales y otro tipo de maltratos físicos y psicológicos en contra de las y los menores; no cuentan con personal especializado, y el que hay no está suficientemente capacitado, con lo cual, los “cuidados” que reciben las y los niños no son en lo absoluto los adecuados para estimular adecuadamente su desarrollo físico, mental y cognitivo. Obviamente, en este tipo de establecimientos, además de que también se han producido muertes de menores y otras afectaciones a su salud, se mantiene a las y los niños en situación de vulnerabilidad debido a que no contribuyen a romper el círculo de su condición de pobreza (Gustavo Leal: “Guarderías”, 2009:32-35).

Felipe Calderón, para evitar el cumplimiento de la NOM-167-SSA1-1997 que regula el funcionamiento de las guarderías, habla de “estancias infantiles”, con lo cual en dicho tipo de establecimientos ya no es necesario cumplir los requerimientos mínimos que se estipulan para la operación de las guarderías. Así, en vez de mejorar las condiciones en que se tienen a las y los niños, se evade la responsabilidad y únicamente se limita a buscar el “cuidado” de las y los menores de edad. Tal como apunta Gustavo Leal en su libro “Guarderías” (p.32), resulta aun más grave observar que gran parte de los recursos con que opera el programa de Calderón de estancias infantiles —en 2009 su presupuesto fue de 2,500 millones de pesos—, ha sido a costa de la afectación o desaparición de otros 23 programas destinados a mujeres en salud, educación, desarrollo social, justicia y prevención de la violencia.

Por todo lo anterior, es urgente que ya no haya impunidad, que se evalúe y se reestructure el sistema de guarderías en el país y que también se eleven los estándares de calidad en las “estancias infantiles” para reducir el riesgo al mínimo posible de tragedias como la de la guardería ABC, pero también de otras ocurridas en otras partes del país, de menor dimensión, pero no por ello, menos importantes de considerar.

Otros temas como el número de muertes de niños y niñas ocasionados en la “guerra contra el narco”, el impacto psicoemocional que les ha generado esta “guerra”, la situación de acceso a estudios y empleos que enfrentarán cuando sean mayores y su estado nutricional —desnutridos con baja estatura y peso para su edad, o bien obesos y propensos a la diabetes y otras enfermedades relacionadas a la nutrición—, entre otros muchos pendientes, merecen también toda nuestra atención, pero por falta de espacio, lo dejo para una siguiente colaboración.

*Investigador Titular de la Unidad San Cristóbal

No hay comentarios:

Publicar un comentario